Cosamaloapan, Ver. El rol más lamentable que ha desempeñado Miguel Ángel Yunes es el de pseudo víctima. Es verdaderamente increíble que ahora pretenda victimizarse. Él no es la víctima: es el verdugo.
A quien debe aclarar su conducta es a las niñas que lo han denunciado, que lo señalan. A las instituciones que desfalcó. A los medios de comunicación serios y respetables que denuncian una riqueza que no puede explicar con argumentos.
A personas honorables, como el padre Alejandro Solalinde, a quien descalifica. A Lydia Cacho a la que persiguió. A las comunidades que reprimió. A los padres de las niñas a quienes destruyó su vida. A los miles de desvalidos que no tienen voz y que hoy han encontrado la posibilidad de justicia.
Cada quien es responsable de sus actos y de su reputación.
Yo no necesito polígrafos porque Veracruz cree en mi palabra. No necesito exoneraciones porque nadie me ha acusado de ningún delito. Nunca. Jamás.
Sí. Tengo pena. Pena por tanta gente lastimada que ha sufrido por su irresponsabilidad. Pena por la gente defraudada en su confianza y en su porvenir.
El problema de Miguel Ángel no es conmigo. Es con sus víctimas y con su desprestigio. Mi problema no es con Miguel Ángel Yunes: es con lo que él representa. Todo aquello a lo que Veracruz no debe volver. Todo aquello que debe ser castigado.
La verdad no se escupe: se defiende y se pronuncia.
He sido así 37 años. No voy a cambiar hoy.
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