Lo
ocurrido el pasado domingo en la jornada electoral en el distrito III, pero en
especial en Tuxpan, no dejó buen sabor de boca al interior del PRI, ello se debe al resultado que no se asimila ni por tantito toda vez que el tricolor no
alcanzó ese proyecto en materia de votos que se tenía pensado antes de campaña.
Luego de las siete de la noche
del pasado domingo tras darse a conocer los primeros resultados, de los que nunca se dudó que colocarían a
Beto Silva como ganador, las caras eran de sorpresa para los priistas debido a
que se presentaron derrotas en casillas que no se tenía pronosticada para
perder ni antes y ni durante la elección.
Las horas pasaron tras la
elección y se llegó a lunes, tras conocer el resultado que daba el triunfo a
Silva Ramos, comenzaron los comentarios en torno a ¿Qué falló?, ¿Quién fue el culpable?, ¿Qué se
hizo mal? y más cuestionamientos que siguen en la cabeza de los priistas.
Todos se culpan y hasta ahora
nadie se atreve a decir yo falle, es mi error, soy el culpable por los votos
alcanzados o por el triunfo; lo cierto es que líderes de organizaciones,
seccionales, líderes sindicales y demás que prometieron votos a diestra y
siniestra para su candidato ahora se esconde en busca de que no se les tache
como los culpables de algo que no llegó y se prometió.
Lo cierto que el triunfo de Alberto
Silva Ramos fue amplio, que la gente se le entregó en cada momento de su
campaña y que el abanderado dio respuesta exacta a cada acercamiento con la
manera humana y sensible que lo caracteriza.
Las preguntas y la culpabilidad
que se vienen haciendo dentro del PRI salen sobrando, lo que debe analizar es
que con el que se considera el mejor alcalde que ha tenido Tuxpan no lograron
su objetivo, de llevarlo al triunfo de manera clara alcanzando las cifras de
dos a tres o de dos a uno que le habían prometido.
Es evidentemente el corte de
cabeza al interior del PRI, pero eso debe pasar con un análisis profundo en los
que los involucrados en la campaña acepten y digan al candidato ¡fallamos en
esto! para que en el camino venidero no creen falsas expectativas que los lleve
a una caída profunda que cala fuerte al interior de los partidarios y
colaboradores de corazón que estuvieron en campaña como los son esos que cargan
las camisetas, que andan a 45 grados bajo los rayos del sol acompañando al
abanderado, esos seccionales que se la rifan hasta la última línea, esos que
son priistas de corazón, no de esos que prometen en eventos con más de mil
personas votos que a futuro no llegarán.
Por
otra parte, con la cara acostumbrada a la derrota, los panistas festejan a diestra y siniestra
que de lo desconocido de su candidato pasaron a no ser el show a las campañas,
se dicen más que contentos por los votos obtenidos y aseguran que el
blanquiazul está más que vivo en Tuxpan y el distrito.
Pero existe algo que festejar,
existe algo que ganó el PAN, lo que vimos en las urnas el pasado domingo fue un
hartazgo social al grado que más del 53 por ciento de la lista nominal no votó
en el distrito, por ello el conformismo panista que mantiene las derrotas en
las últimas elecciones no queda claro en sus propios miembros activos que
parece ser que se sienten más a gusto con la derrota que con el triunfo.
La
“factura” que los tuxpeños pasaron al alcalde de Tuxpan Raúl Alberto Ruíz Díaz
es más que evidente y real, ello
a pesar de que su propios colaboradores o el propio edil lo quieran reconocer
los tuxpeños decidieron no votar al grado de que en casillas no se rebasó el 45
por ciento de participación de la lista nominal como ocurrió en la propia
casilla del primer priista de Tuxpan que por cierto perdió con votos en esa
urna.
La molestia es más que clara de
las familias de la zona rural y urbana, dicen los priistas que saben que tenía
años que un acalde no perdía su casilla para el candidato de su partido, pero
eso sucedió el domingo y debe ser producto de un análisis porque en Jardines se
concentra la clase de elite que trabajan para el edil, también ahí viven los ex
alcaldes, diputados, ex diputados, empresarios y líderes de organizaciones
ligadas al PRI que tienen amplia amistad con el munícipe.
¿Fue fuego amigo las derrotas de
las casillas de Tuxpan para el alcalde? o ¿fue una siempre coincidencia?, o será quizás que en Juárez 20 esas urnas no ganadas en el
municipio no preocupan y no son un dolor de cabeza como si están representando
para los priistas de corazón.
Héctor
Yunes se declara más que listo,
se dice el próximo “Bronco” pero de Veracruz, carcajea mientras su bondad sale
a relucir tras varios meses de olvido que tenía para la prensa de Tuxpan que se
había acostumbrado con él al clásico desayuno con huevos y bocoles, más no
esperaban su estrecha bondad del senador que aspira a la gubernatura.
En convivio con el priista, que
aprobó reformas electorales, los comunicadores se dejaron apachar más no
engañar en tiempos en los que se sabe que vendrán numerosas figuras que acostumbrados
a sus estrategias solo buscan en estas temporadas de aspiraciones o de
proyectos políticos.
A partir
de este jueves de manera semanal nos leemos aquí en Tuxpan Informativo Noticias, pero EN CONCRETO
(http://www.tuxpaninformativonoticias.blogspot.mx)
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